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El mensaje de Agustina
"Si te quieres ir, si no quieres entrar..., si buscas información, si quieres saber la verdad de los que estuvimos dentro". Así se presenta la página de Agustina. Ya he hecho algunas apreciaciones al respecto: me parece que la página no representa lo que dice representar, ni presenta la verdad que dice presentar, sino sólo una parte. Pero vayamos al meollo.

Hay algunas contradicciones: la página se presenta como informativa, pero al mismo tiempo como un método para salir o para no entrar en el Opus Dei. En mi opinión, hay un tercer aspecto más importante. La página es, sobre todo, un método para permanecer fuera. Datos informativos sobre el Opus Dei apenas los hay, de modo que quien los busque no los encontrará. Es, en su mayor parte, una página para iniciados, para quienes ya están de acuerdo en que el Opus Dei es una cosa dañina en sí misma, y no por cuestiones accidentales, sino en su esencia. Si se me permite la comparación (si no resulta ofensiva la metáfora), se parece a una reunión de "alcohólicos anónimos", donde unos y otros relatan sus experiencias para animarse a perseverar en el bien. Sin embargo, junto al mensaje básico de "¡gracias a Dios nos fuimos!" que da título a la página, abunda, quizá hasta parecer más importante, el de: pobres desgraciados que se quedaron, o que pueden entrar (en cursiva porque es una interpretación mía, no literal, de las cosas allí escritas).

Y aquí me parece que hay un salto en el vacío: si no hay un delito denunciable, incluso admitiendo que para el falso Satur fuera conveniente salir del Opus Dei, ¿en qué se basa para asegurar que, también para cualquier otra persona, resulta casi tanto como perverso permanecer dentro del Opus Dei o entrar?

Algunos de los que escriben en la página de Agustina no conceden el beneficio de la duda: es imposible que a otros no pueda pasarles lo que a ellos les pasó. El propósito de entregar su vida a una causa noble que sería la del Opus Dei, es imposible. Por tanto, concluyen, el Opus Dei no es una causa noble y cualquiera que pretenda hacer lo que ellos hicieron deberá darse cuenta de ello, tarde o temprano. Esto queda sintetizado en el título de la página web: el Opus Dei es "un camino a ninguna parte" (en la web está puesto entre interrogantes).

Este mensaje podría ser considerado sectario, si tenemos en cuenta que es la expresión de la forma de pensar de una minoría que se ha separado de una mayoría, y que pretende saber "la verdad" no sólo de los que se han ido, sino de los que no se han ido: éstos son tratados más bien como los que aún no se han ido, los que aún no conocen las razones por las que deben irse; no son tratados como gente maligna: malignos son sólo los directores del Opus Dei que, sabiendo que es un camino a ninguna parte, disimulan y ponen los medios para que parezca que "el tren se mueve", cuando en realidad está parado. Los orejas tienen rasgos de secta que debe conducir a una masa ignorante, pero como ellos acusan de hacer lo mismo a quienes animan a otros a continuar en el camino del Opus Dei, será mejor abandonar esta denominación, cuyo uso tendría carácter retórico: podría parecer que trato de convencer de que algo es malo por el procedimiento de asignarle un nombre que en nuestra cultura resulta necesariamente asociado a la perversidad.