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Hablar de vocación ¿no es ir de listillo por la vida?
Suponiendo que la respuesta fuera sí, no sería algo específico del Opus Dei: todos los cristianos, y las personas que viven otras muchas religiones, creen que es posible conocer a Dios "por métodos naturales", es decir, por el simple uso de la razón y a través de las cosas creadas; para los católicos es incluso un dogma de fe, definido por el Concilio Vaticano I, que no hizo más que recordar lo escrito por San Pablo en la Carta a los Romanos (1, 20): "En efecto, las perfecciones invisibles de Dios,.... a saber: su eterno poder y su divinidad, se han hecho visibles a la inteligencia, después de la creación del mundo, a través de las cosas creadas".

Decir que el hombre puede tratar a Dios y de esa forma saber cómo agradarle es, ciertamente, dar un paso más, pero tampoco es un paso de gigante y desde luego nada peculiar del Opus Dei: es igualmente doctrina común entre los cristianos; si no se ha definido como dogma, seguramente será porque es "de cajón": ¿qué lógica tendría Dios si creara al hombre, y además le hiciera capaz de conocerle, pero después incapaz de conocer cómo responder en su vida a la bondad de Dios que le ha creado? ¿Habríamos de concluir que le ha creado "para nada" o para reírse de él?

Así pues, el hombre, todo hombre, la mujer y el hombre normales, son suficientemente "listillos" como para conocer y amar a Dios: para responder a la llamada del Creador. Lo que no quiere decir que no encuentre obstáculos en su camino: es más, el cristianismo afirma que el hombre no puede responder a esa llamada sin ayuda de Dios, pero como también afirma que Dios no niega su ayuda a quien le busca con sincero corazón, no hay que liarse demasiado como si la pescadilla se mordiera la cola. Dios no se burla del hombre, pidiéndole imposibles, pero sí que es cierto que, si el hombre no pone lo que está de su parte, y principalmente ese "pedir ayuda" a Dios con la oración, el objetivo resulta imposible. De modo que la vocación, cualquier vocación, es un imposible cuando falta la confianza en Dios y sobra confianza en las propias fuerzas.

¿O sea, que el Opus Dei pide imposibles?
El Opus Dei habla de vocación precisamente porque no pretende presentarse como "el único camino para todas las personas que rezan". Una persona que reza, o que tiene el propósito de poner su confianza en Dios, puede plantearse si, supuesto que no va a confiar en sus propias fuerzas, podría ser el Opus Dei un camino para ella. Por el contrario, Agustina y compañía opinan que la vocación se provoca haciendo ver a la gente que "puede con sus propias fuerzas", que tiene condiciones para ser un superhombre. Y, quienes han entrado confiados en ser superhombres, descubren que no lo son y se van o se vuelven majaretas.

Si algunas personas entraron con ese ánimo, es lógico que se dieran cuenta de que el Opus Dei no era su camino; y si alguno les animó a entrar haciéndoles creer que eran superhombres, tal persona tiene su parte de culpa... Pero no el Opus Dei, y me atrevo a desafiar a cualquier persona a que muestre dónde ha dicho el Opus Dei que sus miembros tienen vocación porque son superhombres o, dicho de otro modo, que hay superohombres capaz de dar a otros una vocación en nombre de Dios.

Alguno podría pensar que estoy "acusando" a Agustina y compañía de que se fueron del Opus Dei porque no rezaban. Esto es algo que debe responder cada uno y en lo que no entraré por tres motivos. El primero, porque no es posible mostrar que una persona no reza, y menos contra su voluntad o su opinión. Si una persona pone su confianza en sí misma o en Dios, si habla con Dios o sólo consigo mismo, es algo que sabe Dios, y en menor medida el interesado, y yo ni soy Dios ni profeta del conocimiento de psicologías ajenas. El segundo punto es que no puede obligarse a nadie a rezar, y sería por tanto un sinsentido "acusar" a alguien de que no reza. En tercer lugar, puesto que la cuestión es saber qué camino seguir para agradar a Dios, el hombre no puede "autodarse" la vocación por el mero hecho de rezar. El hombre propone, y Dios dispone.

Lo que en mi opinión no pueden pretender Agustina y compañía es que, supuesto que algunas personas les pedían algo imposible o algo que, siendo posible, "no era lo suyo" (no era su vocación), lo que esas personas presuntamente representaban era lo que el Opus Dei predica: una de las cosas que repiten autores como Suso es que ninguna de esas personas sabía lo que es el Opus Dei. Lo extraño, me parece, es que concluya que él sí lo sabe.