Hitler,
Franco y otros dictadores
|
La pista griega En las páginas 497 y 498 del tercer tomo de la biografía de Escrivá publicada por Andrés Vázquez de Prada se copia un informe ("Trabajo apostólico en Grecia" conservado en el Archivo General de la Prelatura del Opus Dei, EF-660428-1) redactado por Escrivá para monseñor Angelo Dell´Acqua, sustituto de la Secretaría de Estado de la Santa Sede para asuntos ordinarios, después del único viaje que hizo a Grecia, en el año 1966. En este informe, Escrivá dice que "con vistas a la posibilidad de una acción apostólica, me ha parecido factor determinante la estrecha vinculación existente entre el poder temporal y las autoridades religiosas ortodoxas. Hasta el punto de que estoy persuadido de que si un extranjero intentara difundir la doctrina católica, correría el riesgo de ser acusado de atentar a la unidad del país. Por esto pienso que la única vía posible para desarrollar el apostolado sea la de formar a los ciudadanos católicos del país, del mejor modo posible y fuera de Grecia. Y que, cuando regresen a su nación de origen, sepan ganarse la confianza y la estima de sus compatriotas y conciudadanos dando ejemplo de sincero amor a la Patria, adquiriendo prestigio profesional y mostrando un espíritu de leal comprensión y de diálogo". Me parece interesante notar que el viaje de Escrivá a Grecia coincidió aproximadamente con el comienzo de la estancia de Felzmann en Roma, y que no es demasiado aventurado concluir que el "testimonio" que pretende presentar Felzmann puede basarse en lo que oyó comentar -seguramente no sólo a él sino a un grupo de personas- al fundador del Opus Dei (o a otras personas) sobre ese viaje. Tampoco me parece aventurado suponer que Felzmann no comprendió exactamente algo de lo relatado sobre ese viaje. Que ir a Grecia pensando en comenzar la labor del Opus Dei en ese país pudiera terminar significando pasarse a la Iglesia ortodoxa, es algo que sólo Felzmann ha supuesto. La probabilidad de que Felzmann comprendiera mal a Escrivá, me parece confirmada por lo que dice del tamaño de las "iglesias y congregaciones". Escrivá se refirió a una mentalidad estrecha y nacionalista. Felzmann interpretó esa estrechez en sentido espacial. Si Escrivá se refirió a una mentalidad "de capillita" y Felzmann entendió que las iglesias griegas eran demasiado pequeñas, lo que se puede concluir no es que Escrivá no pudiera pasarse a la ortodoxia por un problema de espacio, sino que los recuerdos de Felzmann son inexactos. Estoy convencido de que Felzmann no ha querido nunca mentir (de todos modos, mi convencimiento no prueba nada, es una corazonada...). Tirando del baúl de los recuerdos, pudo recordar haber oído algo sobre Hitler un cuarto de siglo antes en Roma... Quizá alguien le dijo que lo había dicho Escrivá, quizá ni siquiera eso, pero él supondrá que si lo dijo alguien del Opus Dei, sería porque se lo había oído al Fundador. Quizá un español que los había y bastantes quiso gastarle una broma al inglés coincidiendo con algún cierre de la verja de Gibraltar, o quizá simplemente Felzmann entendió lo de Hitler tan rematadamente mal como lo de Grecia... Yo no me invento estos quizás, he tenido que buscarlos porque Felzmann no recuerda esos detalles. Pero son circunstancias reales. Un testimonio vago, contradictorio con lo que el testigo ha declarado anteriormente; en una persona que ya ha dado muestra de entender en sentido disparatado algo que también dijo haber oído en la misma época y a la misma persona, no puede desacreditar el testimonio contrario de otras muchas personas que no sufrían esas limitaciones. Y menos para desacreditar, al hacer caer sobre él la sospecha de filonazismo, a un personaje sobre cuya honradez han dado testimonio miles de personas, incluso el mismo Felzmann antes de cambiar de opinión. Yo aquí no pretendo preguntarme por qué cambió de opinión, sólo estoy seguro de que, si fue por lo que dice haber recordado, sería mejor que tratara de refrescar la memoria con ayuda quizá de otros testigos más cualificados. |