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Escrivá y el Opus Dei

Críticas al Opus Dei

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Los miembros del Opus Dei y Franco
En principio, cabe esperar que no sufrieran los miembros del Opus Dei mejor suerte que su fundador, quien recordaba (p. 513 del tomo II de Vázquez de Prada) “cómo le tildaban de masón, y también de monárquico, de antimonárquico, de falangista, de carlista, de anticarlista. En plena Guerra Mundial —escribe el sacerdote—, iban las mismas personas —o gentes movidas por ellos— a las Embajadas de los aliados, para decir que yo era germanófilo; a las representaciones de Alemania e Italia, para decir que yo era anglófilo [Carta 29-XII-1947/14-II-1966, n. 36.].”

En los tiempos en que Falange era fuerte, predominó más la acusación de aliadofilia, como las contenidas en el “Informe Confidencial sobre la Organización Secreta Opus Dei”, elaborado por la Delegación de Información de Falange, fechado en Madrid el 16 de enero de 1942, y publicado por José Luis Rodríguez Jiménez (Historia de la Falange Española de las JONS, Alianza, Madrid, 2000, p. 420-423.)

Esta “crítica” es citada por el obispo Eijo en carta a Escrivá el 17 de febrero de 1943, como “calumnia monstruosa” contra una persona del Opus Dei acusada de “pertenecer a una sociedad secreta enemiga de la F.E., que está en connivencia con la embajada inglesa” y, añadía el que me vino con la noticia esta tarde, “esperan a ir conociendo las amistades de Alastrué, para hacer con todos una buena redada” (p. 514-515).

El Informe es mencionado también por José López Ortiz porque su contenido no hacía sólo referencia al poder político, sino a la “toma” del poder en la universidad: “A estas falsedades servían de portavoz unos cuantos profesores universitarios de ideología liberal y que —pienso que no hago un juicio temerario al decirlo— no veían con buenos ojos la presencia en las aulas docentes de católicos convencidos. Lanzaron así el rumor de que un grupo de profesores y otras personas afines a la vida universitaria —entre los que incluían al Ministro de Educación, Ibáñez Martín, y a José María Albareda, Secretario General del CSIC, de reciente creación— querían entregar la universidad al Opus Dei. Obsesionados con esta idea llegaban a hacer cosas ridículas: todo el asunto lo era en realidad y sólo se comprende el cierto eco que pudo tener entonces si se recuerda el ambiente nacionalista del país en aquellos momentos y las celotipias de algunas personas y movimientos que corrían la moneda falsa.” (p. 515)

Suponiendo que quede claro que hubo críticas al Opus Dei sin fundamento, eso no significa que haya que dejar de lado el hecho de que personas del Opus Dei estuvieran en puestos relevantes del régimen. ¿Qué decir de los que fueron ministros de Franco?